EL CANTAR DEL ARRIERO
En las afueras de la localidad zamorana de Puebla de Sanabria se encuentra una venta regentada, además de por su dueño, por la hija de éste, una joven cuya belleza es conocida en toda la comarca. Antaño, el padre de la joven tuvo una amarga experiencia con un grupo de arrieros y siempre insiste a su hija que cuando él esté ausente de la venta, jamás se fíe de ningún arriero. Precisamente en una de las ausencias del ventero, llega una recua de arrieros con el oscuro fin, por parte de su jefe, de cortejar y burlar a la moza, impidiéndolo el padre al volver a tiempo de su viaje de negocios. No obstante, el arriero continúa en su idea y con malos ardides logra llegar hasta la muchacha, impidiendo su padre que consume su fechoría tras indicarle que tiempo atrás cortejó y burló a la madre de la joven en otro mesón donde antes vivían y el resultado de aquella mala acción fue, precisamente, la moza que había intentado burlar momentos antes. Su puesta en escena supone un auténtico ejercicio de canto y declamación para los protagonistas por lo que es una obra muy requerida por los teatros españoles.