Vania x Vania
Vania (versión 2)
Un Chéjov más clásico, más cercano al texto original. Vestido con todo lo que habitualmente constituye un espectáculo: escenografía, luz, música.
“Volvemos a los clásicos porque nos siguen interpelando, nos siguen hablando de los conflictos eternos e irresolubles del ser humano. Volvemos a Chejov porque nos habla no tanto de allí (la Rusia prerevolucionaria) y entonces (finales del siglo XIX), como del aquí y el ahora. ¿Quién eres? ¿Cómo eliges vivir tu vida? ¿Es tu vida una comedia o una tragedia?
¿Existe una lectura correcta de un texto clásico? Pienso que no, que justamente un clásico es aquel que permite infinitas lecturas, y que es por tanto inagotable. Cada montaje es una nueva prueba, una nueva pregunta que se lanza al texto. Según lo que preguntes, según lo que mires, según donde pongas el foco, contesta cosas distintas. Estas respuestas constituyen tu montaje.
Cada montaje que hacemos hoy de un clásico es una conversación con el texto original y con la herencia de los montajes precedentes. El fantasma de todos los actores que han interpretado a Vania está en el Vania particular que hace, hoy, un actor concreto.
Si es así, ¿por qué deberíamos preguntar a un texto solo de una manera? ¿Por qué deberíamos montar un clásico solo una vez?
Vania x Vania pretende mostrar dos caminos posibles de acercarnos a esta obra, entre tantos posibles. No creo que ninguno sea completo, que ninguno sea definitivo. Pero sí serán muestras de lo fértil del texto de Chéjov: Vania seguirá ahí, puro enigma, esperando las preguntas adecuadas”.
Pablo Remón.